martes, 29 de agosto de 2017

Huracán Harvey provoca miles de damnificados a su paso por Houston



Más de 50.000 evacuados, al menos ocho muertos y una ciudad, Houston, inundada, es el saldo preliminar de las inundaciones provocadas por la tormenta Harvey.

Estados Unidos esperaba más inundaciones en la costa del Golfo por el feroz fenómeno climático.

En botes, camiones y helicópteros, muchas veces con el agua hasta la cintura, socorristas buscaban ayudar a cientos de residentes de esta metrópoli de 2,3 millones de habitantes y sus alrededores antes de que recrudeciera el diluvio, cuyo pico se espera para el miércoles o jueves.

El pronóstico es incierto, pero se estima que Harvey se mueva lentamente hacia el este a lo largo de la costa en los próximos cinco días hasta el vecino estado de Luisiana, donde el presidente Donald Trump declaró la emergencia para permitir a las autoridades federales coordinar las operaciones de socorro.

Desastre
La tempestad, que derribó casas, arrancó techos y privó de energía a centenares de miles de personas, dejaba por el momento ocho muertos y cientos de heridos.

Unas 2.000 personas ya habían sido rescatadas y la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, en inglés) estimaba recibir más de 50.000 personas en refugios temporales. En Houston, unos 5.500 habitantes ya estaban en albergues, una cifra que según el alcalde, Sylvester Turner, aumentará de manera “exponencial”.

“La gente está necesitando ropa, literalmente, vienen mojados. Tenemos niños, bebés, hasta adultos mayores, necesitan todo, necesitan ropa, comida, suministros médicos”, dijo.

En el sureste de Texas las precipitaciones ya superaron los 50 centímetros desde el jueves. Algunos lugares recibieron más de 70 centímetros. Y hay zonas en las que podrían caer de 40 a 50 centímetros más de lluvia esta semana, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
“Es un acontecimiento histórico, nunca hemos visto algo parecido”, dijo por su parte el titular de la FEMA, Brock Long.

Vientos huracanados

Harvey golpeó la costa texana del Golfo de México el viernes con fuertes vientos de 215 km/h. El huracán categoría cuatro fue degradado a tormenta tropical y ahora son las lluvias torrenciales, no los vientos, los que representan la mayor amenaza.

Con calles anegadas, personas atrapadas y la mayoría de los comercios cerrados, Houston estaba paralizada. “Es una locura ver cómo las calles por las que manejas todos los días están completamente bajo el agua”, dijo John Travis, un residente.

Las líneas de los centros de ayuda 911 estaban saturadas de llamadas, pero la cola para hablar con un operador ha caído a 10 personas, según un funcionario, en comparación con 120 a 250 el día anterior.

“El agua sigue aumentando en toda la región”, dijo el alcalde Sylvester Turner en conferencia de prensa.

Dos reservorios amenazaban con desbordarse y generar una catástrofe en las afueras de Houston, al aumentar 15 cm por hora, por lo que se decidió liberar parte del agua en un río para evitar “un mayor impacto en las comunidades circundantes”, dijo Lars Zetterstrom, del Cuerpo de ingenieros del Ejército.
La asistencia en personal o equipos llega localmente, y también a nivel estatal y federal. Por ejemplo, Houston carece de barcos y vehículos especiales para rescatar a sus habitantes y el gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que proporcionaría 150 y 300, respectivamente.

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