miércoles, 29 de abril de 2015

Nepal lucha contrarreloj por rescatar a miles de atrapados

Nepal lucha contrarreloj con sus escasos medios para encontrar supervivientes del terremoto y afrontar un desastre que supera los 5.000 muertos y 8 millones de damnificados, mientras la ayuda internacional se empieza a distribuir e intenta llegar a las zonas de montaña que quedaron aisladas. El Gobierno nepalí alerta que los muertos pueden trepar a más de 10.000 en los próximos días.

El país asiático guarda desde ayer tres días de luto por los 5.057 fallecidos, 10.915 heridos y 454.769 desplazados que, según el último recuento ofrecido por el Centro Nacional de Operación de Emergencia, ha dejado el seísmo de 7,8 grados en la escala de Richter que el sábado asoló la nación de los Himalayas.

El Equipo de las Naciones Unidas para la Evaluación y Coordinación en Casos de Desastre (Undac) advirtió de que se acaba el tiempo para encontrar personas con vida bajo los innumerables edificios que se vinieron abajo en buena parte de Nepal, uno de los países más pobres del mundo.

Arjun Katoch, miembro de la Undac, aseguró a EFE que es poco factible que durante más de 96 horas, plazo que se cumplió ayer, se pueda hallar gente viva entre los escombros.

El primer ministro nepalí, Sushil Koirala, dijo en una comparecencia en Katmandú que las banderas ondearán a media asta durante estos tres días de duelo, sin mencionar la cifra oficial de más de 5.000 muertos ni que el balance real podría ser de más de 10.000, como señalaron algunas informaciones a lo largo del día.

"Tenemos recursos limitados y los estamos movilizando lo mejor que podemos. Estamos intentando hacer lo necesario aunque hay muchos fallos mientras lo hacemos", reconoció.

Un país colapsado

La Cruz Roja, que trata de repartir paquetes de ayuda a 20.000 familias en Katmandú, también está encontrándose con bastantes dificultades, afirmó a Efe uno de sus oficiales, Rajendra Rokaha.
Miles de nepalíes siguen en la calle, bien porque perdieron sus casas o
por miedo a derrumbes.

Mientras, en el aeropuerto Tribhuvan cientos de personas, la mayoría extranjeros, aguardan a salir del país tiradas por el suelo o en interminables colas, ya que el tráfico aéreo sigue saturado.

Mientras los equipos humanitarios intentan llegar a las zonas rurales, los primeros heridos procedentes del interior del país comienzan a llegar como pueden a Katmandú en busca de ayuda médica.

Las malas condiciones meteorológicas en la mayoría de las áreas afectadas complican los rescates fuera de Katmandú, como en el Everest, donde las avalanchas tras el terremoto dejaron al menos 18 fallecidos y 61 heridos.

El terremoto ha sido el de mayor magnitud en Nepal en 80 años (el último causó 18.000 muertos en 1934) y el peor en la región en una década desde que, en 2005, otro seísmo ocasionara más de 84.000 muertos en Cachemira

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