Entre enero y marzo de este año, en Bolivia fueron registrados al menos 12 sismos con distintos grados de intensidad, desde ligeros hasta moderados. El último antecedente de un evento que originó destrozos data del 15 de noviembre de 2013 y se registró en la provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz, donde el temblor provocó daños en 16 viviendas de la comunidad indígena en Cotoca.
La actividad telúrica con mayor intensidad se sintió el 1 de abril y tuvo epicentro en Iquique, Chile. Según datos del Observatorio San Calixto, ese día en la ciudad de La Paz fue sentido el fenómeno, de magnitud 8,2 en la escala de Mercalli (en Chile), con una intensidad 5 (ligero), que provocó el movimiento de cuadros, carteles y lámparas, sobre todo en los edificios.
También repercutió en Oruro y Cochabamba, con una intensidad 4 grados, cuya principal característica son las vibraciones.
De acuerdo al Observatorio, el 16 y 22 de marzo se sintieron en las ciudades de La Paz y Oruro efectos de otros movimientos telúricos con epicentro en Iquique, pero con intensidades de tres y cuatro, respectivamente, que representan vibraciones ligeras.
Entre el 15 de enero y el 4 de marzo fueron registrados nueve sismos: en las provincias Sud Carangas de Oruro, Tomina de Chuquisaca, Tapacari de Cochabamba, Nor Lípez de Potosí, Ladislao Cabrera de Oruro, Sud Lípez de Potosí, Sud Carangas de Oruro y Nor Lípez y Quijarro de Potosí, todos ellos con una intensidad de un grado, es decir que no se sintieron aunque fueron registrados por los sismógrafos.
El ingeniero Percy Aliaga, del Observatorio San Calixto, explicó que Bolivia registró lo largo de su historia al menos seis terremotos con consecuencias. En 1948, en Consata, Mapiri (La Paz), hubo uno de intensidad 8. “¿Qué significa esto?, que se han caído varias edificaciones”, explicó.
En 1958, en Aiquile (Cochabamba) tembló la tierra por un sismo de 8 grados de intensidad en la escala de Mercalli. En 1998, uno de magnitud 6,6 afectó a esa misma localidad provocando la caída de muros y viviendas, además de la muerte de 117 personas y 400 heridos.
Datos históricos dan cuenta que la ciudad de Sucre (Chuquisaca) soportó en 1948 uno con intensidad 8. En 1957, en Postervalle (Santa Cruz) se registró otro con una intensidad 7, cuyas intensidad origina daños leves en las infraestructuras.
La última actividad sísmica que originó daños materiales se registró el 15 de octubre de 2013 en la provincia Cordillera (Santa Cruz) con una magnitud de 5 grados en la escala de Mercalli y una intensidad tipo 4. El fenómeno se sintió en las poblaciones de El Torno, Las Cutas, Mora Abapó, en el municipio de Cabezas y en la comunidad indígena Cotoca, donde 16 familias fueron evacuadas por daños en sus viviendas.
El Observatorio San Calixto registró en 2013 al menos 54 sismos con diferentes intensidades y profundidades. “Los sismos son recurrentes. Bolivia no está libre de amenaza sísmica, nosotros hemos definido como zonas que podrían tener repercusiones la provincia Cordillera de Santa Cruz, Yacuiba en Tarija y en la ciudad de Sucre, entonces debería preocuparnos”, explicó Aliaga.
“La intensidad es cómo las personas han sentido o si se han producido daños en la infraestructura, es un dato cualitativo más que cuantitativo. La intensidad provoca el movimiento de objetos”, explicó. Según el Observatorio, los sismos son impredecibles por lo que solo resta la aplicación de medidas de prevención.
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